Unos jóvenes Jorge y César Cadaval fueron los encargados de pregonar la fiesta en Cádiz en 1990, el día justo en el que Tejero había intentado dar un golpe de Estado 9 años antes. Pero Los Morancos usaron esa misma fecha para representar en las tablas colocadas en la plaza de la Catedral un 23-F de risa.

Aprovechando la semejanza física que presentan todos los hermanos Cadaval, Los Morancos quisieron jugar al despiste con los gaditanos y lo consiguieron. No fueron ellos, César y Jorge lo que empezaron el pregón, sino sus hermanos Carlos y Juan. Cuando habían conseguido ya “engañar” a los presentes, los auténticos Morancos se presentaron en el escenario, portando tricornios en sus cabezas y, apuntando a los asistentes con fregonas, pronunciaron la famosa frase de “Todos al suelo.”

A partir de ahí, Jorge y César echaron mano de improvisación, saltándose muchas veces el guión, y recordaron a muchos de los pregoneros anteriores que había tenido el Carnaval: se disfrazaron de Isabel Pantoja, Quiñones, Antonio Gala, Rocío Jurado, Alberti.

Todo terminó con ‘Los duros antiguos’, pero entonado con acento inglés-trianero por uno de los hermanos.