Isabel Pantoja, Maribel tal y como se presentó ella misma a los gaditanos aquel día del pregón, llegó a la plaza de la Catedral en un vistoso coche blanco descapotable de época. Su disfraz, de conchas y caracolas, se ajustaba perfectamente a la decoración que se le había dado al tablao: redes, antifaces y un caballito de mar en cada extremo.

Fue uno de los pregones que más público atrajo. La tonadillera comenzó alabando el Carnaval de Cádiz y la importancia de la ciudad. Hizo un recorrido por cada uno de los barrios, siendo especialmente emotivo el recuerdo que tuvo para contar el gaditanismo de su padre y de su esposo.

Concluyó el pregón cantando un tanguillo con mezcla de habaneras, acompañada a la guitarra por Niño de la Leo y Julio Cortés. El punto y final lo puso con ‘Los duros antiguos’, que entonó mientras un láser proyectaba “Maribel, el pueblo de Cádiz te da las gracias”.

La anécdota la protagonizó la misma Isabel Pantoja cuando se le atragantó uno de los papelillos que caía, ya al final del pregón. Pero la tonadillera bajó del escenario, bebió agua y bromeó sobre el tema antes de volverse a subir al tablao para continuar.