
Esta singular estampa resultaba muy familiar a mediados de los años sesenta. En plena playa de La Victoria, los amantes del motociclismo disfrutaban de emocionantes carreras que, sin duda, forjaron la afición a este deporte, y no sólo en la capital sino en el resto de la provincia. Como se observa, nada que ver con las potentes máquinas de la actualidad